Son innumerables los beneficios que el contacto con la naturaleza aporta a niños, adultos y familias. Hacer senderismo con tus hijos es una experiencia que tiene tantos aspectos positivos que debería formar parte de la rutina de todos. Hay una frase que me parece perfecta, dicha en el documental “El comienzo de la vida 2”:
“Si la naturaleza fuera una medicina, todo el mundo la tomaría”. Nuestra sociedad es así, parece que necesitamos “industrializar” todo lo posible para validar el valor de lo que nos rodea.
Para responder a esta pregunta, enumeré 5 razones por las que llevar a sus hijos a senderos y actividades naturales es tan beneficioso:
1 – Conexión entre padres e hijos en senderos y campamentos
Lejos del acceso a internet, señal de celular, televisión y otras tecnologías, el tiempo será mucho más rico entre ustedes. Acampar en familia genera momentos de cooperación, como armar campamento, cocinar, ir a buscar agua, etc. También ayuda con la creatividad para realizar tareas sin las instalaciones existentes de su hogar. Pasarás tiempo de calidad con tu familia.
2 – Estímulos sensoriales para niños
Para bebés y niños pequeños, los paseos con perros por los senderos y el contacto con la naturaleza son estímulos sensoriales inmejorables. Viento, ruido del bosque, infinidad de olores y texturas para explorar. Observar la naturaleza estimula la mirada del niño a buscar la profundidad enfocándose en diferentes elementos, muy diferente a ver la misma escena en un televisor, por ejemplo, en el que el foco es siempre el mismo: la superficie de la pantalla.
Tus hijos desarrollarán a lo largo de la infancia una percepción mucho más aguda de los animales, teniendo además una relación más armoniosa con ellos.
3 – Rendimiento físico infantil
Caminar y explorar el ambiente al aire libre también ayuda a desarrollar la parte física. Caminar o gatear por el suelo, terreno irregular, raíces, piedras, rocas, ayuda mucho en el desarrollo de la estructura física en su conjunto, además de ayudar con la noción espacial. De esa forma, cuando el niño empiece a caminar, entenderá más fácilmente los pasos y obstáculos del camino.
4 – Autoestima
El senderismo y el campamento trabajan en la autoestima y la confianza de los niños con los logros que obtienen en el camino. Llegar al final del camino, a la cima de la montaña oa la meta estipulada es una sensación increíble para los adultos, ¿no? ¡Ahora imagina para un niño! Al caminar o acampar, los niños experimentan numerosos pequeños logros que ayudan a su autoestima y, en consecuencia, a su autonomía.
5 – Sistema inmunológico
El contacto del niño con la naturaleza ayuda al sistema inmunológico al tener contacto con algunos microorganismos y crear anticuerpos. Tocarán la tierra, las plantas y respirarán aire puro, lo que también ayuda mucho con la oxigenación del cerebro, contribuyendo a un mejor sueño y una mayor capacidad de aprendizaje. La relación directa con el aire libre también traerá al niño la correcta comprensión de que la suciedad no es suciedad y que la “limpieza” de un apartamento no es sinónimo de vida saludable.